No puedes librarte del ego. Es como la oscuridad: no puedes librarte de la oscuridad; solo puedes hacer la luz. En cuanto existe la luz, deja de existir la oscuridad. Podría decirse que esa es la forma de librarse de la oscuridad, pero no hay que tomárselo en sentido literal. La oscuridad no existe; es la ausencia de luz. De ahí que no se pueda influir directamente sobre ella. Con la luz solo se pueden hacer dos cosas: o encenderla o apagarla. Si quieres oscuridad, apaga la luz; si no quieres oscuridad, enciende la luz. No se puede uno librar del ego.

Dios dice: “yo soy el que soy” ¿Qué significa eso? El que soy, el que es, el que está. Dios está en todas partes. ¿A qué me refiero? A que Dios es todo. Así como lo lees, lo que tu mente conciba como todo. Dios es la vida misma, es la energía que crea. Tú, yo, el mundo, el aire, el universo, somos creaciones de Dios. Dios es la energía mas grande y poderosa, la que mantiene y crea: es la vida en Sí misma.

La fuente es un suministro infinito de lo que Es. De la verdad, no tiene relación con la escasez o las limitaciones.

La razón de la escasez en la vida de las personas es porque confían en su EGO en lugar de confiar en la FUENTE.

Imagínate que antes de nacer se te presenta al mundo y a las personas que van a estar en él; tú eliges qué tipo de crecimiento es el que quiere tu alma, eliges que tipo de experiencia encarnarás; escoges a los padres perfectos que te enseñarán exactamente lo que quieres. Por eso, le llamaremos al mundo tu “salón de clases del amor”.

Hay que reprogramarnos, salir del programa del ego limitante. Reconociendo el patrón inconsciente, ese es el termómetro de lo que siento al reconocerlo como un sentimiento que lastima me hace salir de mi paz. Cuando algo te mueve de esa manera, es un patrón inconsciente. Hay que callar la voz del ego. Para poder escuchar la voz de la verdad, tu voz interior

El sueño en el que venimos a este mundo, a esta encarnación, no nos deja ver la verdad de lo que somos. Olvidamos nuestra profundidad y perdemos la conexión con nuestro poder interno, con la fuente ilimitada de poder. Para amarte a ti misma tienes que saber quién eres en realidad Y TOMARLO COMO VERDAD. Venimos a recordar lo que hemos olvidado: nuestro destino es recordarlo.

Vamos a quitarle hoy el peso de las opiniones de los demás…

¿Estás dispuesta a ser la persona que eres por naturaleza?

Despertar a quien eres requiere dejar ir quien imaginas ser o desearías ser…, dejar atrás los conceptos de estereotipos. Este viaje que harás hacia adentro, solo a ti se te revelara quién eres en realidad.

Ya que tomaste tu fuerza del pasado, lo que sigue para amarte es aceptarte.

Amarte significa que eres capaz de decirte al espejo ¡te amo tal cual eres! Amarte significa sentirte motivada e inspirada por quien eres, significa que ves la belleza de ti, de tus dones, de tus habilidades, amarte significa sentirte amada y valorada por ti, significa que eres completa en ti misma porque sabes lo que vales, porque ves tu totalidad, la aceptas y la honras. Amarte a ti misma es cuando ves y aceptas tu luz y tu sombra.

El único amor perfecto esta mas allá de lo personal. Si queremos entregar a alguien nuestro amor más profundo primero tenemos que ver más allá de esa persona. Si queremos recibir el amor más profundo tenemos que vernos más allá de nosotros mismos.

Todo el día tienes pensamientos aleatorios de cosas que vienen a tu mente, entre tantas ideas diferentes nos detienen una que otra a la que le damos prioridad ese día, la contemplamos mentalmente, le damos vueltas, se la platicamos a alguien y en la noche la repasamos.

En la actitud con la que piensas, en la actitud con la que sientes, en la actitud con la que razonas, en la actitud con la que vas al trabajo, en la actitud con la que creces a tus hijos, en la actitud con la que te ves a ti misma, en la actitud con la que enfrentas la vida. Si logras permanecer en este estado de actitud positiva logras “ganar” este gran juego, al que llamamos juego de la vida.

Para empezar a recibir, hay que empezar a agradecer lo que tienes. Se que en primera instancia no tiene sentido. Dirás… pero lo que quiero es otra cosa de lo que tengo, porque precisamente no me gusta lo que tengo, quiero más, quiero diferente...